La Ciudad

¿Mar del Plata se adapta a los cambios del sector turístico?

Cambios de hábitos y de comportamiento por parte de los viajeros, mayor volumen y acceso a la información, inclusión de la tecnología a la hora de tomar decisiones son algunas de las modificaciones que sufrió el sector turístico.

por Natalia Prieto

np@lacapitalmdq.com.ar

Las vacaciones que se extendían de diciembre a marzo en la ciudad quedaron en el olvido hace años. Ahora se trata de “escapadas”, que duran en promedio entre 3 y 4 días, ya que son pocos los turistas que se quedan la quincena. Ni hablar del mes. Pero esa ecuación parecía comenzar a equilibrarse con la perforación de la estacionalidad, es decir, que llegaba más o menos la misma cantidad de turistas durante el resto del año que en el verano como consecuencia de los fines de semana, tanto largos como ordinarios; y otro tipo de turismo, como el de congreso y convenciones.

Además de la conectividad área, y ante la ausencia del ferrocarril, la Autovía 2 es la principal vía de ingreso a la ciudad debido a que el mayor centro emisor de turistas hacia Mar del Plata es Buenos Aires y su área metropolitana. Esa ruta también necesita mejorar la infraestructura, porque los fines de semana largos se generan cuellos de botella que extienden a 8 horas un viaje que habitualmente se completa en 4.

“En los últimos 50 años cambió la sociedad y por ende la manera de ‘hacer turismo’, porque se trata de fenómeno moderno y urbano”, explicó la directora del área Pedagógica de Turismo y coordinadora de la Maestría de Desarrollo Turístico Sustentable, Ana Biasone.

En las décadas del ’60 y ’70 Mar del Plata y la costa bonaerense eran “las reinas” del turismo, con largos períodos vacacionales de las familias, el auge de la motorización y los desarrollos inmobiliarios destinados a la vivienda de “veraneo”. Claro que, esa planta turística estaba sobredimensionada y permanecía ociosa durante gran parte del año.

Asimismo, cada destino cumplía una función: Villa Gesell era la elegida por los jóvenes; Miramar por las familias con chicos; Pinamar por el estrato social de mayores recursos y Mar del Plata albergaba a todos.

“El Plan Estratégico de la ciudad presentado en 2011 ya mostraba una tendencia de los turistas con estadías promedio de 3.8 días. En conocimiento de este tipo de turismo es que desde el Emtur trabajamos en la generación de fechas nacionales e internacionales en las diferentes disciplinas”, señaló la titular del Ente Municipal de Turismo (Emtur), Gabriela Magnoler.

En ese sentido, describió que están trabajando “en el área de deporte, rutas gastronómicas y acontecimientos culturales, y en la generación de nuevos productos turísticos que acompañen esta tendencia”.

Modificaciones

Hoy, con los cambios vividos a nivel social, las vacaciones constituyen “una necesidad de cambio de rutina y son una manera de afrontar el estrés”, por eso se fraccionan en “períodos más cortos con varios viajes durante el año.

La costa bonaerense es destino de fin de semana, por eso la importancia de los fines de semana largos”, detalló Biasone.

En ese sentido coincidió la magister en Turismo Valeria Méndez: “Es importante la conectividad, hay que focalizar en eso, como también en la mejora de los servicios y potenciar la competencia ante el surgimiento de otros destinos”. Además, consideró que “hace falta un política integral y la interacción entre el sector privado y público”.

El presidente de la Cámara de Turismo de la provincia de Buenos Aires, Gustavo Hani, aportó una visión un tanto más benévola: “Mar del Plata se va adaptando a los cambios. Las temporadas no son iguales que hace años, pero dependiendo de los rubros se van adaptando.

Para algunos es más fácil que para otros, pero de a poco se van adaptando”.

Por su parte, Rolando Dominé -con 40 años en el sector turístico y revisor de cuentas de la Asociación Empresaria Gastronómica Hotelera local- aseguró que “es esencial el cambio y la adaptación del lado de la oferta de los servicios turísticos. Es una carrera despareja, porque algunos exigen aplicaciones de capital y otros esfuerzos de capacitación. No todas las firmas se adaptan rápidamente, Mar del Plata está atrasada en términos generales”.

Además, se quejó por “la gran presión impositiva y por la competencia desleal, como los alquileres temporarios de departamentos con servicios hoteleros sin la habilitación correspondiente y los hoteles sindicales”.

Sector público

Según los especialistas, Mar del Plata es un destino “doméstico”, es decir que capta las corrientes provenientes de nuestro país y, en menor medida, de la región y algunos de otros continentes, razón por la que se ve condicionado por la coyuntura nacional: tanto política como económica y tecnológica.

A entender de la docente de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Ana Biasone, en “algunas prestaciones de servicios turístico hay ‘aggiornamiento’, pero está la necesidad de que los gobiernos acompañen esta nueva cuesta”.

En ese sentido se expresó Dominé, al expresar que “el sector público necesita hacer un esfuerzo mucho mayor, tiene que entender que no es gasto sino inversión la promoción. Tenemos que desarrollar tareas en conjunto con objetivos a cumplir tanto con el sector público municipal como provincial y nacional”.

Por su parte, Hani reconoció que “es necesaria la promoción, pero para eso tenemos que recibir los fondos destinados a la promoción turística que aportamos los privados. Hay que contar lo que tenemos de nuevo, lo que les espera a los turistas, lo que se preparó para ellos”.

Méndez fue más allá y propuso “focalizarse, apuntar a un segmento determinado, por ejemplo el golf, y armar paquetes turísticos en ese sentido para romper la estacionalidad”.

En ese sentido, desde el Emtur detallaron que están elaborando “un calendario anual de actividades, desde el cual relacionamos la llegada de los turistas a los diferentes espectáculos deportivos, culturales, gastronómicos que se desarrollan en la ciudad”, especificó la titular.

Competencia

Ante el surgimiento de otros destinos turísticos -como puede ser, por ejemplo, Mar Azul o San Luis-, se amplió la competencia y por eso es necesario “mejorar los servicios e interactuar entre todos los actores del sector, ofreciendo por ejemplo paquetes que combinen entretenimiento y alojamiento o focalizando en deportes como el golf o el surf”, analizó Méndez, que fue vicepresidente del Ente Municipal de Turismo (Emtur).

“Tenemos que salir detrás de la reactivación de la demanda, estar preparados, y por eso es necesario mejorar la presentación de complementos, como entretenimientos”, añadió Dominé.

Asimismo, opinó que “en el mediano plazo la hotelería en su conjunto va mal” aunque reconoció que “desde 2012 hay un achatamiento del consumo y es más notable en la gastronomía. Es notoria la caída de la demanda durante la semana, en el verano, y en los fines de semana durante la temporada baja y media. Es una tendencia que viene desde hace 4 años”.

“La gran ventaja de Mar del Plata es su marca, que está consolidada en el imaginario turístico de los argentinos. Pero al mismo tiempo esa es su principal desventaja porque se la asocia a turismo masivo de baja calidad de prestación”, analizó Biasone.

A su entender, la respuesta “para planificar la estrategia a seguir y coordinar acciones entre los sectores público, privado y académico es la asociatividad”, porque se necesita “un desarrollo endógeno, desde la misma comunidad, sin esperar milagrosas inversiones de organismos internacionales con recetas que vienen del exterior”.

Otra variable a incluir en el análisis es la tecnología, ya que el turista utiliza internet desde antes de comenzar el viaje, incluso para elegir el destino (Mar del Plata no cuenta todavía con una app ad hoc, por ejemplo), durante la estadía y al regresar al hogar para contar la experiencia, tanto positiva como negativa. Desde ya, la expectativa se debería centrar en sumar “Likes”.

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